Preciosa Y El Aire

POSTED IN classic poetry April 27, 2016

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Preciosa Y El Aire
Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene
por un anfibio sendero
de cristales y laureles.
El silencio sin estrellas,
huyendo del sonsonete,
cae donde el mar bate y canta
su noche llena de peces.
En los picos de la sierra
los carabineros duermen
guardando las blancas torres
donde viven los ingleses.
Y los gitanos del agua
levantan por distraerse,
glorietas de caracolas
y ramas de pino verde.
*
Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene.
Al verla se ha levantado
el viento que nunca duerme.
San Cristobalón desnudo,
lleno de lenguas celestes,
mira la niña tocando
una dulce gaita ausente.
Niña, deja que levante
tu vestido para verte.
Abre en mis dedos antiguos
la rosa azul de tu vientre.
*
Preciosa tira el pandero
y corre sin detenerse.
El viento-hombrón la persigue
con una espada caliente.
Frunce su rumor el mar.
Los olivos palidecen.
Cantan las flautas de umbría
y el liso gong de la nieve.
¡Preciosa, corre, Preciosa,
que te coge el viento verde!
¡Preciosa, corre, Preciosa!
¡Míralo por dónde viene!
Sátiro de estrellas bajas
con sus lenguas relucientes.
*
Preciosa, llena de miedo,
entra en la casa que tiene,
más arriba de los pinos,
el cónsul de los ingleses.
Asustados por los gritos
tres carabineros vienen,
sus negras capas ceñidas
y los gorros en las sienes.
El inglés da a la gitana
un vaso de tibia leche,
y una copa de ginebra
que Preciosa no se bebe.
Y mientras cuenta, llorando,
su aventura a aquella gente,
en las tejas de pizarra
el viento, furioso, muerde.

 

Federico García Lorca
………………………………………………..

The gypsy and the wind

 

Playing her parchment moon
Preciosa comes
along a watery path of laurels and crystal lights.
The starless silence, fleeing
from her rhythmic tambourine,
falls where the sea whips and sings,
his night filled with silvery swarms.
High atop the mountain peaks
the sentinels are weeping;
they guard the tall white towers
of the English consulate.
And gypsies of the water
for their pleasure erect
little castles of conch shells
and arbors of greening pine.

Playing her parchment moon
Preciosa comes.
The wind sees her and rises,
the wind that never slumbers.
Naked Saint Christopher swells,
watching the girl as he plays
with tongues of celestial bells
on an invisible bagpipe.

Gypsy, let me lift your skirt
and have a look at you.
Open in my ancient fingers
the blue rose of your womb.

Preciosa throws the tambourine
and runs away in terror.
But the virile wind pursues her
with his breathing and burning sword.

The sea darkens and roars,
while the olive trees turn pale.
The flutes of darkness sound,
and a muted gong of the snow.

Preciosa, run, Preciosa!
Or the green wind will catch you!
Preciosia, run, Preciosa!
And look how fast he comes!
A satyr of low-born stars
with their long and glistening tongues.

Preciosa, filled with fear,
now makes her way to that house
beyond the tall green pines
where the English consul lives.

Alarmed by the anguished cries,
three riflemen come running,
their black capes tightly drawn,
and berets down over their brow.

 

Federico Garcia Lorca

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